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miércoles, 18 de mayo de 2016

Marketing online: Retargeting

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El mundo digital es prolífico e imaginativo en el diseño de nuevas técnicas que buscan la difícil, pero no imposible tarea, de conseguir tráfico y conversiones.
Puede que nuestra web tenga un aspecto impresionante y a primera vista resulte tremendamente atractiva, pero en la mayoría de las ocasiones, solamente un 2% de nuestros visitantes acabará realizando algún tipo de conversión en su primera visita. Lo normal es que el 98% restante, venga, navegue y se vaya. Sin más.
Una buena forma de luchar contra esa creciente tendencia del mercado, es mediante el uso de técnicas de marketing digital como el Retarketing. Nuevo mesías de la publicidad en línea, frecuentemente utilizado para describir el emplazamiento y visualización de los anuncios en función de la actividad desarrollada por los usuarios en su visita a una web, y que tiene como objetivo principal impactar en esos usuarios que previamente han estado interactuado con una determinada marca.


Básicamente hay dos tipos de retargeting: 
  • Mediante la inserción de forma no intrusiva y completamente anónima de una cookie basada en código Javascrip en el navegador del usuario, que notifica a las plataformas de retargeting -Google, Yahoo, Bing, etc- dónde ha estado previamente, y así mostrale los anuncios creados específicamente para ellos. Su principal ventaja es que es que es treméndamente rápido, ya que ofrece la posibilidad de seguir a los usuarios de forma inmediata una vez que han visitado la web. Su desventaja más significativa, es que esta técnica es más útil cuanto más tráfico tienes, por lo que tiene que estar respaldada por una estrategia previa de contenidos que genere ese tráfico que tanto necesita para su buen desarrollo.
  • Mediante la creación de una lista de contactos existentes en nuestro CRM. La forma en la que funciona es muy sencilla, simplemente se carga de una lista de correos electrónicos vinculados a esa campaña de retargeting, para que posteriormente las diversas plataformas que prestan este tipo de servicios -normalmente redes sociales como Twitter, Facebook, Linkedin, etc- identifiquen a los usuarios de esas cuentas y les muestren los anuncios correspondientes. Pero, como todo en esta vida, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Entre los primeros está que aunque menos común que la instalación de cookies, las campañas basadas en la creación de listas nos permiten un alto grado de personalización en la creación de los anuncios, ya que nos estamos basando en algo más que en un comportamiento previos -somos nosotros los que decidimos quién va y quién no en esa lista, en función de los datos previos que tenemos almacenados de esos usuarios en nuestro CRM- Por contra, es muy posible que las personas de nuestra lista utilicen distintos emails -uno para nosotros y otro para la red social- por lo que en ese caso no podrán ver nuestros anuncios. Y esto ocurre con bastante frecuencia, con porcentajes que varían entre el 70-80% de cuentas coincidentes, hasta menos del 20-30% para algunas plataformas. Por lo que necesitaremos una lista lo suficientemente grande y bien alimentada para que este tipo de campañas lleguen a ser efectivas.

Muy bien, ahora que ya sabemos como funciona y los diferentes tipos de audiencias que se pueden segmentar, es momento de centrarnos en el tipo de objetivos deberíamos de pedirle a nuestras campañas de retargeting. Los principales son: conciencia de marca y conversiones.
Conciencia de marca:
Suelen ser campañas enfocadas a "recuperar" a los visitantes de la web, recordándoles que estamos ahí y que tenemos una oferta interesante que mostrarles. Las campañas para crear conciencia de marca basadas en la utilización de cookies, ofrecen un contenido muy poco especializado, ya que están dirigidas a gente que no tienen el suficiente compromiso con nuestra marca. No los tenemos en nuestra base de datos, y a menudo, tenemos muy pocas esperanzas de que cliquen en nuestros anuncios. Pero al igual que las vallas publicitarias pueden afectar a nuestras decisiones de compra, la publicidad por medio de banners no necesita ser clicada para crear efectos en nuestra audiencia. Por lo tanto, y dado que su objetivo es el de crear conciencia de marca, impresiones y engagemet son dos métricas aceptables para medir el desarrollo de la campaña.
Conversiones:
Su principal objetivo es justo ese, provocar ese momento casi mágico en el que un visitante se convierte en un cliente, ya sea rellenando un formulario, comprando un producto, o cualquier otra acción que hayamos definido previamente como un objetivo. Da igual lo que sea -un registro, una compra, un lead- lo que queremos es que se produzca y cuantas más veces mejor. Estas campañas, buscan que un grupo específico y bien definido de clientes den el siguiente paso en nuestro maravilloso embudo de conversión. Su medición bastante más fácil, ya que en este caso, sí que podemos utilizar las métricas habituales de conversión -CPC, CPL, etc-
Lo mejor de este tipo de campañas es que pueden ser utilizadas para diferentes partes del embudo, lo que nos permite afinar al máximo en cuanto al tipo de cliente y objetivos a conseguir. Podemos usar el retargeting para mover nuestros leads cada vez más y más cerca del fondo de nuestro embudo. Por ejemplo: si alguien se ha descargado nuestro ebook, podemos ahora ofrecerle una prueba gratuita de nuestro productos.
El retargeting es una potente herramienta para tus estrategias de branding y conversiones, pero funciona mejor si es parte de una estrategia digital mucho más amplia. Por eso, es importante hacerlo trabajar en equipo con estrategias de inbound y outbound marketing o de generación de demanda. Por contra, este tipo de estrategias -generación de contenidos, AdWords, etc- geniales a la hora de dirigir tráfico hacia nuestra web, no lo son tanto a la hora de conseguir conversiones. En cambio, el retargeting, sí que puede sernos de gran ayuda en el aumento de esas conversiones. Por lo tanto, nuestra mejor opción siempre será utilizar diferentes herramientas para aumentar el tráfico de nuestra web, y técnicas de retargeting para conseguir el máximo provecho de todo ese tráfico.
Saludos y buena suerte.



miércoles, 13 de abril de 2016

Publicidad en internet

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Cuando se trata de elaborar una buena campaña de publicidad, casi todo el mundo se centra en un diseño impresionante o en la selección de la audiencia perfecta. Todo eso está muy bien, pero muy pocas personas toman en cuenta otro factor crítico: La estrategia de puja más adecuada a seguir para conseguir nuestro objetivo. Porque, ¿de qué vale tener un gran anuncio dirigido a la audiencia perfecta si toda nuestra estrategia publicitaria está mal? Por ejemplo, en Facebook nuestro anuncio puede estar compitiendo con los de cientos de miles de anunciantes y aunque Facebook trate de satisfacer a todos, incluso con 1.000 millones de usuarios, el espacio para los anuncios es limitado. Por lo que es normal  que a veces no sea capaz de cumplir con todas las peticiones y cuando esto sucede, las ofertas más altas serán las que consigan el mayor número de impresiones.
Es importante saber cuánto dinero estamos dispuestos a pagar por nuestro anuncio y si ese precio será el adecuado para que nuestra campaña obtenga la exposición que se merece para alcanzar sus objetivos. Si, lo sé. Hace unos años la vida para los anunciantes era más simple y sencilla. Sólo había dos opciones CPC o CPM pero con la rápida evolución de las plataformas de publicidad hoy tenemos que lidiar con un sinfín de términos que lejos de reducirse cada vez se hacen más y más extensos: CPC, CPM, oCPM, CPA, CPL, CPF, CPI, CPE…En algunos casos las diferencias algunas veces no suelen ser fáciles de entender, así que vamos a hacer un rápido resumen.
Lo más importante, antes de meternos en materia, es saber qué mecanismo hay detrás de las diferentes opciones de precios.
Últimamente, todas las estrategias de precios se están viendo traducidas a una sola métrica para los editores: eCPM, o coste efectivo por impresión (beneficio efectivo que obtienen por cada impresión). Un editor buscará siempre maximizar sus ganancias en el corto plazo. El cálculo es simple: El editor elijará siempre (y le dará una mayor prioridad) al anuncio que tenga una mayor eCPM. Sin embargo, ese cálculo dependerá de la exactitud en la previsión del CTR y del ratio de conversión. Sin entrar en muchos detalles, es muy difícil predecir los eventos que ocurrirán a lo largo del viaje del consumidor dado el gran número de TouchPoints y de factores externos por los que se ve influenciado. Razón por la cual, CPA siempre entrañará más riesgo para los editores que el CPC, y éste a su vez siempre será más arriesgado que el CPM.


CPM:
O cantidad máxima que estamos dispuestos a pagar por 1.000 impresiones. Es el más fácil de entender pero, una de las más difíciles de aplicar ya que muchas veces veremos cómo perdemos una enorme cantidad de dinero sin ningún resultado.
Cuando utilizamos este tipo de estrategias debes de tener cuidado en que nuestro target sea lo más relevante posible. Grandes marcas pueden querer utilizar CPM, ya que es la mejor opción para entregar una gran cantidad de impresiones. Por lo que si queremos es crear conciencia de marca, CPM podría ser una buena opción.
CPC:
Esta opción (que posiblemente sea las más incomprendida de todas), nos permite hacer una oferta por los clics. Con este tipo de puja sólo vamos a pagar cuando un usuario haga clic en nuestro anuncio. Suena muy bien, ¿no? Mi anuncio se puede mostrar 1 mil millones de veces sin que pagar un solo euro si no recibe ningún clics. Bueno si, pero hay trampa.
Al hacer una oferta con el CPC, hay que tener en cuenta una cosa: Facebook, por ejemplo, siempre va a querer obtener el máximo beneficio. Por lo que si nuestro anuncio es pobre y nadie clic en él, Facebook pronto detendrá la entrega del mismo. Después de todo, es más rentable para ellos tener un anuncio de $ 0,1 que obtiene 1.000 veces más clics que un anuncio de $ 5 con 5 clics. Esto es clave para una oferta de CPC efectiva: Cuanto mejor sea tu CTR, menor será tu CPC. Con lo que al final, un mayor porcentaje de clics otorgará Facebook los más altos ingresos. Además de hacernos pagar por cualquier tipo de clic que se produzca en cualquier lugar de nuestro anuncio -foto, comentario, like, etc- no solamente por los que se produzcan en el link de enlace con nuestra web. Lo que nos puede llevar a mal interpretar esa estadística ya que tendremos un gran número de clics a un CPC muy bajo. Pero ese número de clics está hinchado, no significan nada ya que estaremos obteniendo un retorno muy pobre.
Con esta opción sólo estaríamos pagando por el rendimiento de nuestro anuncio, por lo que podríamos tener un cierto nivel de confianza en recuperar la inversión. Si lo que queremos es lanzar campañas con una respuesta inmediata (como un minorista de venta online) basadas en la creación de engagement y no la realización de una acción concreta, quizá, esta sea una buena opción.


OCPM:
OCPM se está convirtiendo poco a poco en la más habitual de las estrategias. Con este tipo de opción, el anunciante no está realmente haciendo una oferta, lo que está haciendo es diciendo a Facebook el costo máximo deseado por la consecución de nuestro objetivo, y Facebook en función de eso hará la oferta más adecuada. La entrega de los anuncios será optimizada para mostrar esos anuncios únicamente a los usuarios que puedan completar la acción deseada. No importa cuánto dinero gastes, Facebook no le mostrará tu anuncio a toda la gente que se encuentre dentro de tu target. Únicamente se lo mostrará a aquellos con mayor probabilidad de realizar la acción deseada. 
Al crear una campaña OCPM, podemos especificar qué tipo de estrategia de ofertas debe ser optimizada y para qué sitio: Conversiones, clics, engagement, likes, app instalada y así sucesivamente. ¿Qué tan efectivo es? ¡Extremadamente! Y también es el método que por defecto Facebook utiliza para los nuevos anuncios.
En general, cuando se ejecuta una campaña en OCPM nuestro coste por 1.000 impresiones será mucho mayor que la oferta media de CPM. Facebook escogerá cuidadosamente quién verá nuestros anuncios para así generar más conversiones de lo habitual. Así, mientras que seguramente notemos que tenemos que pagar más para mostrar nuestros anuncios, el costo total por conversión será mucho más barato. Esa es la única cosa por la que deberíamos de preocuparnos.
CPA:
Las ofertas basadas en este tipo de pujas  han demostrado ser muy eficaces cuando sólo desea pagar por determinadas acciones. Es bastante similar a la oCPM. Sin embargo, en lugar de hacer una oferta para 1.000 impresiones, sólamente estaremos ofertando por la cantidad máxima que deseamos pagar cada vez que una acción específica se completa con un usuario o a través de la publicidad.
Esta opción funciona realmente bien con target de audiencias muy grandes y nos permite tener un control más granular sobre nuestro presupuesto. El único inconveniente es que por ejemplo, para Facebook las pujas en CPA sólo están disponibles para un conjunto limitado de acciones.
Por último, entender que las preferencias personales juegan aquí un papel importante.
No creo que un método funcione mejor que otro, todo depende del momento, de las circunstancias, del tipo de anuncio, etc. Pero si que creo que muchas veces nos complicamos en exceso. Lo mejor es empezar con un pequeño presupuesto de prueba que nos ayude a sacar nuestras propias conclusiones. Por último, para aquellos que dan sus primeros pasos en este mundo, y siempre que sea posible, mi consejo es que opten por la optimización de sus acciones. Y lo más importante de todo, no olvidar nunca que el valor de conseguir un cliente siempre ha de ser menor del valor que ese cliente representa para nosotros.
Saludos y ¡buena suerte!













miércoles, 17 de febrero de 2016

Marketing mobile. Welcome to the next level

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El mundo de los dispositivos móviles está revolucionando el panorama tecnológico con cifras difíciles de ignorar.
El móvil ha entrado en nuestras vidas provocando cambios culturales y sociales,  redefiniendo nuevamente el papel del consumidor, como antes de él lo hicieron la televisión y el ordenador personal. 
Un 64% de la población adulta tiene un smartphone, y lo utiliza para todas las actividades imaginables (banca, pedir comida, ver películas, leer libros, mail, para pedir un taxi). Como la atención del consumidor “vive” en su dispositivo móvil, el smartphone se está convirtiendo en el objetivo principal de muchas de las estrategias de marketing ( la publicidad móvil ya representa el 76% de los ingresos por publicidad del gigante Facebook).
La televisión cambió para siempre la forma en que los vendedores llegaban a los consumidores. Con esta primera pantalla, una empresa podía llegar a millones de consumidores con mensajes bien diseñados y ajustados a la audiencia. Era la época del one-to-many, donde la empresa tenía el control del mensaje.
Luego vino la segunda pantalla (el PC), donde una empresa podía interactuar con sus clientes y obtener retroalimentación en tiempo real. Era la época del comercio participativo. Los clientes comenzaban a tener algo que decir y lo hacían.


Con cada una de estas dos pantallas, la empresa y el cliente se conectan entre sí, la primera por una conexión de masas y la segunda por una conexión interactiva impulsada por la empresa. Pero ahora, con la llegada de la tercera pantalla todo ha cambiado. Ya no hay un cliente atado a un televisor o a una pantalla de ordenador perfectamente posicionado para recibir el mensaje. Ahora el consumidor está en movimiento, así que las empresas deberán de encontrar la forma de integrarse a este nuevo panorama digital.
Los vendedores tienen todo tipo de canales disponibles para llegar a los consumidores a través de los teléfonos inteligentes: apps, diseños web, campañas de SMS y campañas de publicidad móvil. Desafortunadamente, la mayoría del marketing y de la publicidad en dispositivos móviles ha demostrado ser caro y de bajo rendimiento. Pero aún así hay excepciones inesperadas: El correo electrónico, por ejemplo, está demostrando ser notablemente resistentes en la era de los smartphones. Incluso ha conseguido resistir la llegada de las nuevas plataformas de mensajería instantánea. La siguiente pregunta parece lógica: ¿No deberíamos de tener una aplicación que lo sustituya? Las aplicaciones móviles tienen un coste técnico inicial y de mantenimiento bastante alto, pero el verdadero reto no está en el desarrollo, está en que la gente la descubra. Tanto Google como Apple tienen cerca de 1,5 millones de aplicaciones en sus respectivas tiendas, a lo que hay que sumar que la aplicación promedio pierde a cerca del 77% de sus usuarios los tres primeros días de su lanzamiento.


La explosión de la tecnología móvil ha cambiado la forma en que los consumidores se comportan, interactúan, consumen, viven y compran, sacudiendo los cimientos del embudo de ventas tradicional, dejando a las empresas luchando por adaptarse.
La forma en que las marcas se están comunicando con estos nuevos consumidores también está cambiando. Sólo las empresas que suministren verdadero valor, como el suministro de información útil, y datos curiosos llegaran a despertar la atención de los consumidores. Esto va más allá de la publicidad tradicional: Esto significa que los vendedores tienen que llegar a ser de gran utilidad en más ocasiones y en más lugares que nunca.
El consumidor móvil tiene fronteras ilimitadas y puede interactuar donde quiera que se encuentre en su propio marco temporal. En un mundo móvil, todo está conectado y todo es accesible desde cualquier lugar.
Muchas empresas se están dando cuenta de que el problema no está tanto en cómo llegar o en cómo alcanzar al consumidor donde quiera que esté, como en entender su mentalidad y hacia dónde se dirigen. Las empresas aún tienen que entender y adaptarse al valor crítico que los dispositivos móviles están jugando en la estructura básica del modelo tradicional de compra, y a la importancia que está tomando el asignar diferentes comportamientos al consumidor en función de su localización.
¿Estás preparado para pasar al siguiente nivel?


miércoles, 13 de enero de 2016

Facebook mobile ads. La gallina de los huevos de oro

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Los  teléfonos inteligentes proliferan en todo el mundo, lo que está haciendo que la publicidad móvil se esté convirtiendo en el medio preferido para que las empresas se comuniquen con los consumidores. 
De acuerdo con un informe de la firma de investigación eMarketer, los anuncios para móviles representarán más de la mitad de toda la inversión publicitaria en medios digitales en 2017. En términos numéricos, esto significa que el gasto de publicidad móvil superará $ 100 mil millones. Lo que representa más del 55% del total de la inversión publicitaria en 2017.
Dos empresas de tecnología son las que están a la vanguardia de la revolución móvil: Google y Facebook. Juntos, representaron más del 55% de los presupuestos de publicidad móvil de todo el año pasado. Y dado el alcance y la amplitud de su dominio también en los teléfonos inteligentes, se espera que sigan dominando el  mercado durante un largo periodo de tiempo.


Desde que Facebook comenzó a cotizar en bolsa hace ya tres años, sus esfuerzos se han concentrado en aumentar sus negocios desde su plataforma móvil. Algo que se puede considerar un éxito, ya que el %76 de sus ingresos por publicidad proceden de su versión móvil y se espera que esta tendencia continúe al alza. Facebook es una máquina de publicidad solamente comparable con Google.
Por otro lado, la publicidad en los dispositivos móviles está aún en sus primeros estadios. En una tableta es más fácil adaptar el formato y las fórmulas publicitarias de ordenador de sobremesa, pero en el smartphone la cosa cambia, y  requiere de una concepción diferente desde el origen para que sea efectiva, y sobre todo, para que no sea molesta. Por lo que quizá esa haya sido el “paso natural” para que Facebook decidiera integrarlos en la News Feed como una manera más eficiente de ordenar un contenido que compite por un lugar cada vez más escaso (las pantallas de los teléfonos móviles son relativamente pequeñas), para que de esta forma pudieran tener voz, likes y comentarios como el resto de contenidos.


En un estudio reciente sobre la publicidad en Facebook  se mostró como aproximadamente la mitad de los usuarios no hacen clic ni prestan atención a los anuncios que se encuentran en su News Feed. Pero en cambio, son más propensos a fijarse en los anuncios de marcas a las que siguen (60%), en historias patrocinadas (27%), y sólo un 13% se percata de esos anuncios aleatorios que la plataforma considera que son de su interés, en función de su actividad en Facebook y de los datos almacenados en su perfil (con 1.500 millones de personas gastando gran parte de su tiempo hablando sobre sus gustos e intereses, desde luego que Facebook es una plataforma ideal para hacer publicidad). Pero no debemos de olvidar que Facebook es un sistema cerrado donde los usuarios pasan gran parte de su tiempo de navegación, con lo que a través de la optimización de sus anuncios consigue aumentar tanto la tasa de clics como la conversión (algo completamente diferente a la filosofía que Google utiliza para AdWords, que dada la simplicidad de sus sitio, se centra en la navegación de los usuarios hacia los sitios de destino). Por lo que si se aplica correctamente, lo que se está consiguiendo es aumentar tanto la veracidad como la eficiencia de los anunciantes ya que es capaz de encontrar a los usuarios con mayores probabilidades conversión y mostrarle los anuncios únicamente a ellos (con lo que conseguimos aumentar el ratio de conversión y disminuir su coste medio).
Facebook sabe qué páginas ve, cómo es, y qué le gusta a cada uno de sus usuarios. Por lo que tiene la capacidad de poder combinar todo eso, para asegurarse que los anuncios que se muestra a sus usuarios son realmente relevantes. Dentro de este contexto, la gran diferencia (y el gran acierto) que ha tenido es no tratar a la publicidad como una cosa separada. Facebook trata a los anuncios como una pieza más de información que la gente quiere ver. Como una forma acertada o no, de mejorar la experiencia de todos (anunciantes y usuarios). Ya que es una solución menos vulnerable al ad blocking, y si funciona, los usuarios al estar interesados en ese tipo de anuncios no querrán bloquearlos.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

iPhone 7 ¿Adiós al cable?

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Apple quiere que el iPhone 7 sea 1 mm más delgado que el iPhone 6 por lo que está en pensando eliminar la toma de auriculares en favor de un conector Lightning all-in-one. Según el informe publicado por el sitio web Mac Otakara, ese mismo conector daría apoyo a unos nuevos auriculares por Bluetooth con tecnología DAC (digital to audio converter) que los hará compatibles con los antiguos jacks de 3,5mm.
Esta nueva tecnología permitirá ofrecer un audio digital sin pérdidas y funciones avanzadas como la cancelación de ruido o la conversión de digital a analógico sin el uso de baterías.
La verdad es que este es un movimiento que parecía inevitable en algún momento de la evolución. ¿Por qué ir enganchados por cable a nuestros teléfonos móviles cuando podríamos llevarlos de una manera mucho menos molesta? Pero también es un hábil movimiento marketiniano: Lanzo una nueva tecnología al mercado, con un diseño diferente y cuidado, lo que me permitirá subirle el precio y convertirlo en un codiciado objeto de deseo. ¿Y qué hay más fuerte que el deseo?


Es indudable que tras la muerte de Steve Jobs Apple no ha vuelto a ser el mismo y es difícil que alguna vez vuelva a serlo. Por lo pronto han tenido que enfrentarse al gran reto de seguir siendo la empresa tecnológica más grande y famosa del mundo.
Bajo su liderazgo, tanto en el lanzamiento del iPod, como en el del iPhone y el iPad supieron transformar o incluso crear nuevos mercados (la primera generación de iPod está expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York). Pero tras su muerte, parece que esta dinámica se ha acabado y la compañía de  Cupertino parece decantarse más por las mejoras incrementales de sus productos (como la eliminación de la toma de auriculares de sus terminales) que por la innovación radical.
Por otro lado, está la pregunta de si las ventajas de Apple están empezando a erosionarse. El efecto que causó la irrupción en el mercado tanto del iPhone como del iPad parece ya completamente diluido. Samsung se ha convertido en el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo y el sistema operativo Android de Google ha acumulado gran parte del mercado mundial. Lo menos malo de todo esto es que el sistema operativo de Apple año tras año sigue ganando cuota de mercado y Samsung (su gran rival) no parece pasar por un buen momento.
En la actualidad Samsung se encuentra con dos problemas principalmente. El primero de ellos se llama Apple. Los nuevos iPhones son un éxito, lo que les ha permitido  ganar  terreno y ser el claro  dominador del mercado de teléfonos de alta gama. El segundo es que empresas de bajo coste como Xiaomin en China (en continuo crecimiento a pesar de no contar con el apoyo de China Mobile) y Micromax en la India le están pisando peligrosamente los talones. Ofreciendo dispositivos Android de alta calidad a un menor coste.
El futuro de Apple se ve seriamente amenazado por la enorme cuota de Android en el mercado de los smartphones y las tabletas. Después de todo, si la gente está comprando aparatos Android está dejando de comprar gadgets de Apple. Y debido a que los precios de Android son sensiblemente más bajos que los de Apple la única manera de recuperar clientes en el futuro será o revolucionando nuevamente el mercado o bajando sus precios.
Por otro lado, cada vez es más difícil encontrar diferencias en cuanto a especificaciones entre los teléfonos Android y iPhone. Y posiblemente en un futuro próximo el sistema Android será tan bueno o incluso mejor que el iOS de Apple. Y cuando ese día llegue, la gente terminará por elegir  Android porque será prácticamente el mismo producto, pero a un precio significativamente menor. Claro, mucha gente seguirá comprando iPhones. Pero cuando todo esto se pase, Apple tendrá que renunciar a su papel y volver al lugar que le corresponde como una compañía de tecnología de nicho. ¿Imposible?,¿ impensable?, ¿difícil de creer? Si, tal vez, como Nokia, BlackBerry, Palm, Kodak, Xerox...

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Será YouTube el nuevo rey del entretenimiento?

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El primer vídeo subido a YouTube el 23 de abril de 2005 por Jawed Karin "Me at the zoo" apenas duraba 18 segundos, 18 segundos que cambiarían para siempre la forma de consumir contenidos audiovisuales. Una década después de su estreno, la plataforma que nació como una forma divertida de compartir vídeos caseros con los amigos, se ha convertido en un gigante donde se suben más de trescientas horas de vídeo por minuto, que dan servicio a más de mil millones de usuarios en todo el mundo. Y ha generado serias dudas sobre el futuro de la televisión y la publicidad audiovisual.
Ahora, la empresa está envuelta en una serie de cambios estratégicos que le llevan a experimentar con canales de pago, acuerdos con productoras y discográficas y desarrollo de nuevas tecnologías que aumenten la calidad de visión, así como funciones de retransmisión en streaming. 
En lo últimos años ha cambiado su foco y ha dado mayor protagonismo a una nueva generación de comunicadores que no sólo saben crear audiencia, sino ganar dinero gracias a las reproducciones de sus vídeos, los YouTubers, los creadores de contenido (a los que paga). ¿Para qué? Con el objetivo de luego venderlos como celebrities y cargar sus espacios con publicidad premium (si quieres captar el dinero de la TV, necesitas contenido como el de la TV).  


Todos estos movimientos no hacen sino reforzar las predicciones  que aseguran que se expandirá como un servicio de entretenimiento global, en el que aparte de ver y escuchar también se podrá jugar. En gran parte impulsado por la evolución de YouTube como el mayor catálogo de realidad virtual del mundo.
Pero no todo es un camino de rosas, no sería justo (ni divertido) que así fuera. El mayor problema al que se enfrenta en su camino hacia la conquista del entretenimiento global, es que más del 80% de su audiencia se encuentra fuera de los EE.UU. Eso significa que en muchos casos, el ancho de banda es caro y poco fiable. Así que YouTube ha comenzado a trabajar en lo que se conoce como “adaptative bitrate streaming “. Un sistema que permite al vídeo cambiar su resolución sobre la marcha, lo que dará la posibilidad a los usuarios seguir jugando aunque las condiciones de su red no sean las idóneas. Innovación al servicio del usuario, para reducir al máximo sus puntos de dolor. ¡Bravo YouTube!


No es ninguna novedad que Youtube adore mimar a sus usuarios y aplica constantemente cambios que se adaptan a las tendencias y necesidades actuales de los internautas. Se trata de innovaciones que pretenden seguir el camino y la popularidad que la red social ha logrado hasta el momento para seguir siendo el líder del mercado.
De hecho la visión básica de la empresa implica que sea irresistiblemente fácil encontrar y ver un vídeo en cualquier aparato con capacidad de reproducción.
YouTube es una plataforma, y la única forma de ganar  a una competencia cada vez más volcada en el uso del vídeo (Facebook, Snapchat, etc) es siendo la mejor. Esto significa ayudar a la gente a ver todo el contenido que quieran, las veces que quieran, y como no, ofreciendo innovaciones constantemente que no les hagan perder el interés. Significa “fabricar” mas creadores que a su vez generen más dinero. Pero sobre todo significa facilidad y comodidad, que le hagan ser la mejor opción dentro de la mente del usuario a la hora de ver un vídeo, ya sea desde la comodidad del salón de su casa en Europa o EE.UU, o desde una pequeña y remota aldea en la India.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Long Tail como fondo de armario

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El futuro del comercio y de la cultura no son los hits. Y tampoco estoy muy seguro de que lo sean las tiendas virtuales, tal y como las conocemos hoy en día.
Desde que la larga cola nos enseño a desmitificar los modelos de negocio tradicionales en los que se enseñaba que los productos que se deben vender son los que tienen mayor rotación, el mercado no ha vuelto a ser el mismo. Básicamente lo que nos vino a explicar fue que hay más vida (y beneficio), más allá de la venta de pocos productos con muchas ventas. Amazon por ejemplo creó una nueva economía basada en  la venta de muchos productos de pocas ventas, que de manera acumulada, crearían un mercado muy rentable que se vería completado con la venta de pocos productos de muchas ventas. Con este modelo de negocio basado tanto en el gran generador de grandes beneficios (bestsellers), como en la comercialización de esos otros productos que están fuera del mercado de los que se venden pocas unidades que suman muchas ventas totales (y que en muchos casos llegan a ser casi el 50% de los beneficios que genera), la compañía estadounidense ha conseguido pulverizar a sus competidores y convertirse en un auténtico referente del mercado.


 ¿Sólo a través de la gestión de un inmerso surtido se consigue todo esto? Desde luego que no. Toda estrategia basada en el long-tail para poder tener beneficios ha de verse acompañada de una reducción en el costo de suministro y de almacenamiento, y de un potente sistema de recomendaciones.
Está claro que Internet y el entorno digital han cambiado las leyes de distribución y las reglas del mercado. La reducción del coste de almacenamiento y distribución han permitido que ya no sea necesario focalizar el negocio en pocos productos. Y esto hará que cada vez sea más y más difícil tener éxito como generalista.
Las nuevas eficiencias en la distribución, fabricación, y comercialización están cambiando la definición de lo que era comercialmente viable en todos los ámbitos. La mejor manera de describir estas nuevas fuerzas de mercado es que se están cambiando las perspectivas, ya que a los que antes se les consideraban clientes no rentables se les ve ahora como productos y mercados rentables y deseados. Por lo tanto, la historia de la “larga cola” tiene que ver con la economía de la abundancia: “lo que pasa cuando los cuellos de botella que se interponen entre la oferta y la demanda en nuestra cultura comienzan a desaparecer y todo se vuelve disponible para todos.”


¿Puede cualquier empresa adoptar modelos de negocio long-tail o es sólo un modelo de accesible para grandes corporaciones? Siempre la estrategia sea la de entrar en el mercado aprovechando las oportunidades que ofrezca un nicho específico  muy especializado (y tan pequeño que nadie quiera competir con nosotros), que se encuentre en su fase inicial de desarrollo, y que nos permita en un futuro sobresalir, y construir lo más rápido posible una potente audiencia con un poderoso valor de marca. Para a partir de ahí reinvertir en uno o varios nichos adyacentes, y  finalmente construir un poderoso modelo long-tail. Entonces sí, claro que sería un modelo de negocio factible para cualquiera.