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Madrid
tendrá playa y se podrá hacer surf en ella (habrá que cambiar la letra de la canción de Los Refrescos). La sociedad Surf in the city ha
presentado al ayuntamiento el proyecto West Madrid para la construcción de un
complejo junto a los pabellones de Ifema, que albergará una laguna de 50.000 metros cuadrados con
columpios, sombrillas, tumbonas, cafetería, y otros deportes de arena. El
sistema desarrollado por la empresa española Wavegarden, será capaz de generar olas de más de dos metros de altura .
El total de la inversión necesaria rondaría los 12 millones de euros, de los que una parte provendría de pequeños inversores privados y la otra,como no, del movimiento de moda el crowdfunding.
A menos que hayamos estado viviendo en una isla desierta durante los últimos años, seguro que todos hemos oído hablar de la economía colaborativa o crowdfounding. Posiblemente el movimiento social más importante de las últimas décadas que está democratizando la cultura, la innovación, y la forma de hacer negocios.
Básicamente es un método que conecta ideas, con dinero y personas para la obtención de capital a través del esfuerzo colectivo de amigos, familiares, clientes e inversores individuales.
Pero si
entendemos crowdfounding sólo como dinero, no estaremos comprendiendo el fenómeno en toda su magnitud porque
el dinero nunca es sólo dinero. Sus beneficios van mucho más allá.
Gracias a este tipo de iniciativas podemos desafiar el poder de la industria y decidir por nosotros mismos qué libros queremos leer, qué tipo de coche queremos conducir o qué música es la que nos apetece escuchar y donar el dinero necesario para que el sueño se haga realidad. Esto nos permite pagar por las cosas que consideramos valiosas y en cierto modo, contribuir a la construcción del mundo en el que nos gustaría vivir poniendo nuestro dinero donde está nuestra pasión.
En los últimos tiempos ha resultado evidente la falta de apetito por el riesgo entre las instituciones financieras tradicionales, junto con las siempre presentes restricciones impuestas a la innovación. Algunos sectores que están insuficientemente atendidos por los bancos, por lo que el crowdfunding podría crear un nuevo ecosistema que complemente al de la banca. De hecho ya se está convirtiendo en una de las principales maneras de recaudar fondos cuando hace apenas unos años solía ser considerado como un último recurso.
La ley aprobada por el gobierno para el "fomento de la financiación empresarial", pretendía limitar tanto las cantidades de dinero captadas como las invertidas mediante el método del crowdfunding o micromecenazgo. Hasta aquí todo muy bien, el problema es que internet ha democratizado el proceso y si al crowdfunding le unimos el bitcoin no sólo cualquiera podría financiar el proyecto que quisiera desde cualquier parte del mundo, sino que podría hacerlo con la cantidad de dinero que le diera la gana. Con lo que podríamos tener ante nosotros una verdadera democracia económica, quizá la más grande que el mundo haya visto hasta el momento. Y sin sometimiento alguno a las regulaciones de ningún gobierno. Y eso para determinados sectores puede resultar bastante incómodo.
(English versión)
Surf in Madrid thanks to crowdfunding
Madrid will have its
beach and it will be surf friendly (need to change “Los Refrescos”
lyrics). The company Surf In The City has presented the project West
Madrid to the city council, to build a complex, next to Ifema pavilions, that
will have a 50.000 square meter lagoon including swings, umbrellas, deck
chairs, coffee shop and other sand sports. The system is developed by the
Spanish company Wavegarden and it will be able to generate 2 meter waves.
Total investment would
be around 12 million Euros, a part of it would come from private investors and
the rest, of course, from the trendy movement, crowdfunding.
Unless we’ve stayed in a
desert island for the past years, sure we all have heard of sharing economy or
crowdfunding. Perhaps the most important social movement of the last
decades, a movement that is democratizing culture, innovation and the way of
doing business.
Basically is a method of
connecting ideas with money and people to obtain resources through collective
effort of friends, family, clients and individual investors.
But if we comprehend
crowdfunding just like money, we are not understanding the phenomenon as it is,
because money never is just money. Its benefits go beyond.
Thanks to this kind of
initiatives we can defy the power of industry and we can decide by ourselves
which books we want to read, which car we want to drive or which music we want
to listen to, and we can donate enough money for the dream to come true.
This is a way of paying for things that we really consider valuable and somehow
coping to build the world where we would like to live, spending our money where
our passion is.
For the last years, it
is obvious the lack of risk traditional institutions are taking. Some
industries that aren’t properly attended by banks could use
crowdfunding to create a new ecosystem to complement banks. In fact
it’s already turning into one of main ways of fundraising when just a few
years ago it used to be considered a last resource.
The law approved by the
government to “promote business financing” pretended to limit the amount of
money gained and invested through crowdfunding. Up to here, everything’s
fine, the problem is Internet has come to democratized the process and if we
join crowdfunding and bitcoin, anyone could support any project from any part
of the world but also could do it with the amount of money wanted. So we
could have in front of our eyes a real economical democracy, maybe the biggest
ever seen. And with no submission to any government regulations.
And that could be very uncomfortable for some industries.